Santos en el puente
Las estatuas de los 30 santos que se alinean a ambos lados del puente se colocaron aquí en los siglos XVII y XVIII. La estatua más antigua representa la crucifixión de Cristo y data del 1667. Las estatuas fueron donaciones de jueces y nobles que participaban en la Contrarreforma, un movimiento reformista dentro de la Iglesia Católica. Praga fue el centro de este movimiento. Las esculturas fueron incorporadas al puente para que se asemejase al Puente de Sant‘Angelo, en Roma. En la actualidad, las esculturas han sido sustituidas por réplicas.
Puente de arenisca
Las fuertes corrientes del río Moldava fueron un factor clave durante el diseño del puente. Por ello, se decidió emplear arenisca, dado que este material de construcción no se erosiona por las fuertes corrientes. Los pilares del puente se reestructuraron para permitir que el flujo del agua pasase sin dificultades. Se dice que se utilizaron huevos para enriquecer el cemento, y hacerlo más duro. Sin embargo, no todas las investigaciones lo han confirmado, así que el misterio se mantiene. Merece la pena visitar el Puente de Carlos, y ver la torre del puente, en la cara sur del puente: es uno de los edificios góticos más bellos del mundo.
Toda la suerte del mundo
Para el deleite de todos los turistas que se acercan, el puente es peatonal. Siempre está lleno de gente: artistas que venden sus pinturas y dibujos, artistas callejeros que entretienen al público, y por la tarde es el punto de encuentro de los jóvenes. Vea cómo se reúne la gente alrededor de la estatua de San Juan Nepomuceno: cuenta una leyenda local que recibirá toda la suerte del mundo si toca las dos placas de cobre de la estatua a la vez.