Un paseo por la selva
Al entrar en el parque, uno de los principales atractivos se encuentra a tan sólo unos metros: la catarata Cascatinha Taunay, de 30 metros de altura. Un poco más hacia abajo, podemos encontrar una pintoresca capilla del siglo XIX con un tríptico obra del pintor neorrealista Cândido Portinari, otro de los muchos atractivos del parque. Más allá de este punto hay muchos caminos por los que continuar; siga las señales que jalonan las distintas rutas o compre un mapa en el quiosco del centro de visitantes. Los sinuosos senderos llevan a arroyos montañosos y pequeños estanques en los que podrá refrescarse bajo una catarata. Suba a la cima de las colinas para disfrutar de las vistas del Monte Pan de Azúcar, Copacabana, y el Cristo Redentor en el Monte Corcovado. Los perezosos y los monos aulladores cuelgan de los árboles y los agoutis se mueven entre los arbustos y, si tiene suerte, podrá incluso ver un ocelote o un coatí. Con razón, en 1991 la UNESCO declaró el parque reserva de la biosfera, es decir el equivalente a la Madre Naturaleza para un lugar que es patrimonio de la humanidad.
Haga senderismo solo o vaya en grupo
Para llegar a la Entrada de Foresta, que es la puerta de acceso a la parte peatonal del parque Nacional Tijuca, tome el autobús 221 desde Praça XV de Novembro, el 233 o 234 desde la estación de autobuses de Rodoviária o el 133 desde la Rua Jardim Botânico, todos en dirección a Alto da Boa Vista (última parada en Praça Alfonso Viseu). Dado que existen 200 rutas por el parque, la mejor forma de descubrirlo es con una guía de Aventuras Rio (aventurasrio.com.br) o Rio Hiking (riohiking.com.br). También puede visitar el parque en coche acompañado de un guía: Rio by Jeep (riobyjeep.com) o Jeep Tour (jeeptour.com.br).