Arte progresista en el Museo Cobra

Colores brillantes, líneas sólidas, figuras extravagantes: el movimiento artístico Cobra supuso una revolución en el arte europeo de la década de 1940. Se acabaron las tradicionales naturalezas muertas y los paisajes de siempre; en este movimiento predominaría la libertad artística. Fue tremendamente polémico en su momento, pero actualmente las obras de los artistas Cobra se incluyen entre las clásicas del arte neerlandés. En el Museo Cobra puede admirar las magníficas obras de artistas tan importantes como Karel Appel y Corneille.

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Arte radical inspirado en los dibujos de los niños

Una gran parte del exclusivo legado de Cobra se expone en el Museo Cobra de Amstelveen, cerca de Ámsterdam. Los temas de estas obras pictóricas suelen ser pájaros, gatos y criaturas imaginarias. Pintores neerlandeses como Karel Appel, Eugène Brands y Anton Rooskens se inspiraron con frecuencia en los dibujos de los niños; al fin y al cabo, todos los niños son libres y permanecen intactos de las reglas y convenciones. Esta libertad se refleja claramente en la entrañable pintura Cats de Jan Nieuwenhuys, y en Pintura de un juguete, del artista danés Asger Jorn. Actualmente, Cobra es considerado un movimiento líder en el arte moderno neerlandés y europeo, pero no siempre fue así. Los locales donde los artistas exponían sus obras en los años cuarenta solían ser asediados por muchedumbres enojadas, e incluso violentas, que les acusaban de destruir el arte. Uno de sus gritos de guerra era: «¡Hasta un niño podría hacer eso!». Finalmente, Cobra cosechó un enorme éxito y, al alcanzar este objetivo, el movimiento radical se abolió a sí mismo en 1951. La influencia de Cobra fue incomparable y sus efectos aún pueden apreciarse hoy en el arte contemporáneo.

Appel: Niños preguntandoAppel: Niños preguntando

Cubierto con papel pintado

Aunque Karel Appel se convirtió en uno de los artistas neerlandeses de más fama y éxito, su carrera arrancó lentamente. Al público de finales de los años cuarenta no le gustaba mucho sus «garabatos y pintarrajos». No obstante, en 1949 le encargaron pintar una pared de la cafetería del ayuntamiento de Ámsterdam. Appel creó la obra Niños inquisitivos, que mostraba a unos niños hambrientos escudriñando el espacio. A los empleados no les gustó mucho tener que mirar esa escena mientras almorzaban y se originó un gran revuelo. El fresco terminó tapándose con papel pintado y así estuvo durante diez años. La polémica obra puede contemplarse actualmente en todo su esplendor en el restaurante Bridges en Oudezijds Voorburgwal, Ámsterdam.

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