Habitaciones repletas de oro
Una visita al palacio nos da una magnífica idea de los gustos, intereses y aspiraciones de los distintos emperadores y emperatrices que vivieron aquí durante siglos. El palacio alberga 1.441 salas, aunque con el Grand Tour solo visitará 40. Uno de los lugares más destacados es la Gran Galería. Este salón, repleto de espejos, de pan de oro y de frescos, fue en aquella época el escenario de banquetes y recepciones oficiales. Otro de los salones más famosos es el Salon der Kaiserin (el Salón de la Emperatriz). En 1854, este salón fue totalmente restaurado en un estilo neorococó y contiene 3 retratos de la Emperatriz Isabel. Otra de las peculiaridades es el reloj que se encuentra enfrente del espejo; si se mira por el otro lado, se refleja la hora en el espejo, lo que le permitía a la Emperatriz ojearlo a través del espejo mientras estaba en el salón.
Paseando por el laberinto
Los inmensos jardines que rodean el palacio son tan conocidos como su espléndido interior. Los jardines del palacio se dividen en varias secciones; sin embargo, lo que de verdad fascina es el laberinto. Creado entre 1698 y 1740, el laberinto original, por desgracia, se deterioró. En 1998, se diseñó un nuevo laberinto, muy parecido al modelo histórico y con multitud de divertidas atracciones para jóvenes y mayores. Por ejemplo, hay un gigantesco caleidoscopio a través del cual los visitantes pueden verse a sí mismos desde cualquier perspectiva posible. Aquellos que se divierten con los difíciles desafíos matemáticos les encantará resolver el acertijo aritmético: los números de las baldosas nos indican cuántos pasos debemos dar y, al final del juego, deberíamos acabar justo en el centro.