Fortaleza junto al mar: Peñíscola
Peñíscola es la niña bonita de la Costa del Azahar. Un recinto amurallado perfecto sobre una península rocosa, cuyas murallas parecen alzarse desde el azul Mediterráneo. La fotografía incluye blancas casas e iglesias, un animado faro y un castillo medieval en lo alto de una colina. Fue el hogar de Benedicto XIII, uno de los tres únicos papas que decidió residir fuera del Vaticano. El castillo aparece en todas las postales que se venden en la región.
Pintorescas ciudades de montaña
Detrás de la costa y de los cítricos se encuentra Maestrazgo, la región menos poblada de España, con solo 11 habitantes por kilómetro cuadrado. El paisaje montañoso está salpicado por antiguos pueblos, la mayoría abandonados. Sin embargo, gracias a su aislada ubicación se ha conservado a la perfección. Siete de estos pequeños pueblos se encuentran en el interior del parque natural de La Tinença de Benifassà. La Pobla de Benifassà, el pueblo más bonito, cuenta con una iglesia medieval y típicas casas tradicionales con balcones de madera en un entorno pintoresco junto a una cadena montañosa de piedra caliza.
Morella, hermosa y medieval
Morella es la viva imagen de Peñíscola, y una de las ciudades medievales más hermosas y mejor conservadas de la región. Sin embargo, no está situada al nivel del mar, sino en lo alto de una montaña. Un fascinante museo al aire libre a 1000 metros de altitud, rodeado por una muralla de 2,5 km, torres de homenaje y puertas de entrada a la ciudad de estilo gótico. Dentro de la muralla, junto a la montaña, verá cientos de casas blancas con tejados rojos y una robusta catedral, decorada con pan de oro, que destaca sobre el resto de edificios.